Nuevo reglamento de tierras del Legado Bustillo: “Queremos cumplir los fines de la fundación”

    Un momento de la presentación del reglamento en el Tomás Barrera                    Foto: GACETA

     Aurelio Maroto

    El teatro ‘Tomás Barrera’ escenificó este martes la presentación del nuevo reglamento que regula el arrendamiento de las tierras rústicas del Legado Bustillo. Todos los arrendatarios fueron convocados para informarles sobre un documento que viene a dar “cobertura jurídica y protección a todos aquellos que usan las tierras del legado, y también a los más desfavorecidos de La Solana”, declaró Luisa Márquez, presidenta del patronato que gestiona la Fundación Benéfica. A la cita acudieron alrededor de 150 usuarios de los 683 que ocupan las aproximadamente 2.600 hectáreas que a día de hoy son productivas. Las 1.400 hectáreas restantes son monte. 

-Luisa Márquez durante la presentación del reglamento como presidenta de la Fundación Benéfica Legado Bustillo

Luisa Márquez, durante su intervención                                  Foto: GACETA

    En declaraciones previas a los medios, Luisa Márquez se mostró muy satisfecha por haber cuajado un nuevo reglamento que sustituye al anterior, que databa del año 2000, y que en algunos aspectos estaba obsoleto desde el punto de vista legal, ya que desde 2003 eran obligatorios contratos que no existían. Y también por tener la oportunidad de explicarlo a quienes será aplicado: los arrendatarios. “Es la primera vez que se hace una reunión como esta, donde la gala es la transparencia”. “La hacemos a pecho descubierto porque no tenemos nada que ocultar”, manifestó. En este sentido, pidió a los arrendatarios que escuchen sin prejuicios y sin hacer caso del ‘ruido’ que se está generando. “Antes no tenía la fortaleza y la confianza para cambiar las cosas desde dentro y por eso me fui, pero ahora sí la tengo y voy a defender sus derechos”.

Fruto de mucho trabajo 

    La presidenta insistió en que esta nueva ordenanza no es fruto del capricho, sino de la justicia y de muchas horas de trabajo. El nuevo equipo de dirección se encontró el año pasado con que los arrendamientos rústicos generaban 37.000 euros de ingresos, que se quedaban en 14.000 descontando el IBI (Impuesto de Bienes Inmuebles), que la fundación pagaba a pesar de estar exenta desde 2002. Eso suponen más de 400.000 euros “que no hemos podido utilizar para el verdadero fin del legado, que es proteger a los más necesitados”, subrayó.

-Miguel Ruiz director de la fundación explicó el nuevo reglamento 

Miguel Ruiz explicó el nuevo reglamento                       Foto: GACETA

    El director de la fundación, Miguel Ruiz -que admitió que esperaba más gente en la reunión-, aclaró que el nuevo reglamento delimita algunas cosas relevantes, entre ellas definir el concepto de solanero con necesidades, lo que antes se conocía como ‘pobre’. “Nos hemos encontrado arrendatarios que viven lejos de La Solana y no cultivan la tierra, y eso no tiene sentido porque la Ley de Arrendamientos Rústicos del año 2003 solo permite cultivar a agricultores a título principal o secundario”. Con el reglamento anterior, solo se podía arrendar a gente de La Solana, con traspasos entre familias, sin superar los 30.000 euros y que estuviesen dispuestos a pagar las rentas de traspaso, que ahora desaparecen. “Nunca se dio seguimiento a esa estructura reglamentaria y desde el año 2000 nadie había hecho ningún nuevo reglamento, ni un seguimiento, de manera que muchos arrendatarios no sabían lo que tenían, cuánto pagaban ni por qué lo pagaban”.

Un barco muy grande 

    A partir de ahora, se trata de mantener reuniones particulares con cada arrendatario para conocer sus necesidades. “Tenemos que ver caso por caso y tener una gran sensibilidad personal y jurídica para asegurarles que nadie les volverá a molestar nunca más”. Al respecto, recordó que el 75 por ciento de las tierras están en manos de arrendatarios con menos de 5 hectáreas, algo que en su opinión revela “esa pequeña ayuda que ha generado ese progreso para La Solana; para eso se creó el Legado Bustillo, así que no queremos quitarle la tierra a nadie, sino poner orden donde había caos”. Y añadió que para conseguirlo “hace falta remangarse y ponerse a trabajar porque este barco es inmensamente grande”. “Solo queremos cumplir los fines de la fundación”, concluyó.

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