Mario García: «En Liga EBA no gana el más fuerte, sino el más listo»

Mario entra a canasta en un partido anterior

           Aurelio Maroto

“En el banquillo solo puedes morderte las uñas”. Son palabras de Mario García, unos de los grandes baluartes del Doña Ramoncita-CB La Solana. El sábado no pudo ayudar en la pista por culpa de un esguince de tobillo y sufrió viendo cómo sus compañeros se vaciaban contra el Uros Rivas, sin éxito. Sin el empuje del máximo reboteador y segundo máximo anotador del equipo, la empresa era complicada. Y sin Sdenry González, máximo artillero, también ausente por un problema muscular, la empresa era sencillamente imposible.

Aun así, el Doña Ramoncita se dejó el alma y compitió lo que pudo contra el sexto de la liga. Tras una pésima puesta en escena y un primer cuarto discreto (19-27), el equipo apretó el corazón y fue comiendo puntos a un rival con mucho físico y buena mano. El segundo parcial fue local (17-16) y dejó las espadas en alto para la reanudación. El equipo se oxigenó y salió fresco al tercer cuarto para recetar un ilusionante 21-17. Pero fue el canto de cisne porque ya no había piernas. Los últimos diez minutos fueron un querer y no poder, como demostraron varios triples que ni siquiera tocaron aro. Los jugadores estaban exhaustos.

El 69-80 final acabó siendo un resultado incluso digno. Si rotación no hay paraíso. Álex Talamino se comió los 40 minutos en pista, todo un síntoma. El base catalán hizo lo que pudo y más. La mejor notica fue el paso adelante que dieron Fernando Carrascosa (12 puntos) y Miguel Muñoz (19 puntos) y una serie de 5/10 en triples. Su puesta a punto física puede ser clave en adelante. Casi todo el peso en la bombilla lo llevó Darío Dondarza, que incluso se excedió en el ímpetu en su intento natural de asumir galones ante ausencia de Mario. Buen trabajo también de Eloy Obregón, que repartió 6 asistencias y ayudó con 5 rebotes y dos puntos. Menos fino anduvo esta vez Carlos Castaño, sobre todo en el tiro de perímetro, y a pesar de todo se fue hasta los dobles dígitos (10 puntos).

“Con todos, la cosa hubiera cambiado porque a muchas jugadas llegábamos al límite; no es lo mismo saltar a un rebote con dos minutos en pista que con treinta y cinco”, decía Mario a la prensa al término del encuentro. El ala-pívot infanteño, obligado a jugar de cinco cuando él es un tres-cuatro, ya sabe a qué se enfrenta cada fin de semana. “Todos los rivales son muy fuertes físicamente y nos está tocando sufrirlo toda la temporada”. “Tengo que buscar el punto débil del pívot rival y ser más listo que él”. “En esta categoría no gana el más fuerte, sino el más listo”.

Esa es una clave, pero hay otras, por ejemplo saber cómo llegar al final de cada partido con opciones de ganarlo. “Lo principal para competir en esta categoría es no perder la confianza nunca”. “Las victorias llegarán”. Y esa confianza se traslada al sueño de la permanencia. “Tenemos las opciones intactas, ganando un par de partidos a los rivales directo estará hecho”. O casi.

Dusan Dubanja, más cerca

Mientras todo esto sucede, el club espera y se desespera con los papeles de Dusan Dubanja. El fornido pívot serbio (2.06) se incorporó antes de Reyes y sigue entrenando, pero aún no puede jugar. Las últimas noticias es que Extranjería podría entregar esta misma semana la documentación para que el jugador viaje inmediatamente a la embajada en Belgrado. En el mejor de los casos, Mica Tolosa podría contar con él para el próximo partido en casa, previsto para el 25 de febrero contra el Centro Basket. Pero cuando hablamos de burocracia, con la iglesia hemos topado.

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