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Publicado: 23 Julio 2023
Luis Miguel García de Mora durante su pregón de feria
Aurelio Maroto
La Solana se distingue por muchas cosas, y una de ellas es su inclinación a acordarse de sus hijos para el pregón mayor, el más solemne, el de su Feria y Fiestas de Santiago y Santa Ana. Esta vez ha sido un periodista, un contador de cosas, un juglar de retratos cotidianos, quien ha anunciado la llegada del gran tiovivo. Luis Miguel García de Mora Reguillo inundó el escenario del auditorio ‘Tomás Barrera’ con su particular narrativa, su singular estilo y, sobre todo, su proverbial espontaneidad. Tanta, que más de una vez se dispersó hacia otros derroteros durante su relato. De lo contrario, no hubiera sido él.
El pregón de la feria-2023 mantuvo el formato tradicional. Tras la inauguración oficial, con el pasacalle, el corte de cinta y el izado de bandera, la comitiva de autoridades llegó el teatro. A las diez en punto, Paulino Sánchez saludó desde el atril tras una breve introducción del grupo Syrah Jazz, que después pondría la guinda musical a la velada. El Cronista Oficial de la Villa trazó una breve semblanza del pregonero. Rememoró que fue su padre, Miguel García de Mora, quien le inspiró para adentrarse en el universo periodístico “mientras escuchaba el sonido de las teclas de la vieja Hispano Olivetti en la que redactaba las noticias para agencias, o realizaba comentarios de Caminar y contar o Vientos Ábregos”. Crónicas que ahora –añadió- tanto él como su hermana Gloria han recuperado en formato de libro. El presentador recordó los tiempos de la revista Besana, la aparición del pseudónimo ‘Lumigarmo’ -acrónimo de Luis Miguel García de Mora- o las narraciones del pregonero en revistas como Puerta de Madrid y, por supuesto, Gaceta de La Solana.
Historias de hoy y de siempre
Afincado en Alcalá de Henares desde hace décadas, García de Mora subió dispuesto a evocar sus recuerdos de antaño en La Solana, sus ferias de niñez, y a dejar constancia de que la lámina del tiempo no ha desdibujado su corazón solanero. “La Solana está con nosotros en el alma”, dijo en el arranque de un pregón en el que invirtió exactamente veintinueve minutos. Fue tempo más que suficiente para describir una vida donde su profesión de ‘bancario’ no le ha impedido honrar al periodismo más cercano, ese que llamamos de proximidad. Como hizo su padre. “¿Quién no guarda en su casa alguna de aquellas fotografías que nos hicieron en la feria, bien arregladitos y repeinados?”. El pregonero pintó cómo eran aquellas ferias, donde el campo, las fraguas, los comercios y tantos oficios “echaban el cierre”. “En La Solana se vive la feria con una alegría que se contagia, como queriendo detener el tiempo”. Usanzas donde también tenían cabida “aquellas mujeres que en la víspera de la feria, como una bendita costumbre, dedicaban un día, o dos, a dejar fachadas, puertas, portadas y ventanas como los chorros del oro”.
Como no podía ser de otra manera, el pregonero dedicó una parte de su pregón a los solaneros del éxodo, aquellos que un día abandonaron su patria chica en busca de otros destinos, de una nueva vida. “Cuántos recuerdos, despedidas, abrazos, adioses, con el pañuelo en la mano, quedaron en el Cristo del Amor, donde La Sepulvedana, la pava de siempre, fue escribiendo un libro de viajes”. Esos emigrantes, como él mismo, regresan cuando pueden a la tierra que les vio nacer, no sin alborozo y alguna cuota de nostalgia. La misma que siente cada vez que ve a un solanero en Alcalá, o en tantos lugares.
La alcaldesa entregó una placa a García de Mora por su pregón
Orgullo solanero
La alcaldesa, Luisa Márquez, entregó a Luis Miguel García de Mora una placa en reconocimiento por el pregón y le agradeció públicamente su predisposición. “Luis Miguel lleva el periodismo soldado a fuego en las venas, de casta le viene al galgo”. “La vida le llevó a Alcalá de Henares, pero las raíces se quedan en el corazón”. En su primera feria como regidora, convocó a todo el pueblo a aprovechar la feria para mimar las tradiciones y los valores. En tal sentido, reivindicó la figura del patrón Santiago, “símbolo de valentía, coraje, unidad y solidaridad”, y de la copatrona Santa Ana, “ejemplo de esperanza y confianza ante el futuro”. Luisa Márquez insistió mucho en la necesidad de reforzar la identidad como pueblo y vivir el orgullo de ser y sentirse solanero.
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