Los agricultores, de uñas con los primeros precios en tablilla: “Hay parcelas que tendrían pérdidas”

Plantación de uva airén en las inmediaciones de La Solana

        Aurelio Maroto

“La previsión de cosecha es muy corta, de un quince por ciento para arriba menos de uva que el año pasado”. Son palabras de Juan José Díaz de los Bernardos, presidente de ASAJA-La Solana, que avisa de que las viñas están al límite después de años muy secos y que la situación sería dantesca sin las lluvias de mayo y junio. “Al menos sí parece que hay grado, pero ya de más porque cuando una uva tinta da quince grados es que ha perdido peso consumida por el sol”.

En una entrevista concedida a Radio Horizonte, el dirigente local de la organización agraria espera una vendimia marcada la bajada de kilos, y también de precios. No en vano, las primeras tablillas ya han puesto de uñas a los productores, especialmente por los precios de la uva tinta. El excedente en las bodegas no barrunta nada bueno en este sentido.

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Juan José Díaz de los Bernardos, presidente de ASAJA-La Solana

“Las viñas habían brotado con poca fuerza y se veían pocas expectativas”, reconoce. Una vez más, el secano es el gran damnificado por la falta de humedad. Y aún queda entre un 25 y un 30 por ciento de viñas de secano cultivadas por agricultores de La Solana. “Con los precios que tenemos ahora mismo, hay parcelas que como se ajustase lo que cuesta criar la uva tendrían pérdidas”. “Hablamos de precios de 1975 o de 1980”, denuncia Díaz de los Bernardos. No duda en que asistimos a una de las peores cosechas de los últimos años. “Creo que sí, aunque a lo mejor el blanco luego nos sorprende”. Precisamente, se espera con expectación qué deparará la DANA anunciada para este fin de semana, que promete agua. “La lluvia siempre es bienvenida y si lloviese bien se iba a notar en zonas de secano”. “Si cayeran quince o veinte litros vendrían muy bien, no solo para la uva sino también para la aceituna”.

No oculta su contrariedad ante los precios anunciados, muy lejos de lo que consideran mínimo para rentabilizar la cosecha. “No podemos estar contentos con los precios firmados en los contratos”. El tinto es la madre del cordero del problema. “Hay mucho en bodega y nos dicen que no pueden pagar más por él, pero yo veo que los vinos al consumidor no bajan, así que alguien se está llevando el beneficio”. “Todavía está rondando el año de la pandemia donde no se vendió el tinto, y eso se arrastra en muchas bodegas de España”.

    Toda una paradoja si tenemos en cuenta que las reestructuraciones llegaron para plantar variedades “mejorantes” precisamente de tinto que ahora no se pagan, a pesar de su alta calidad. Y esa reestructuración hay que aguantarla al menos diez años antes de pensar en sacarla. La única esperanza pasa por un cambio en los gustos o la aparición de nuevas variantes en la producción.

       En cuanto a los blancos, las expectativas son algo mejores, tanto en cosecha como en precio. Por un lado, la uva airén está respirando mejor y tiene buen grado. Por otro, se aclimata mejor, sufre menos las olas de calor y a la hora de las ventas tiene más salida porque se puede diversificar más su producción para zumos o alcoholes.

            La campaña se va a generalizar la próxima semana en parcelas de secano, mientras que la espaldera arrancará plenamente a partir del 11 de septiembre. La previsión es que la campaña dure alrededor entre tres y cuatro semanas.

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