Las obras del Calvario, a punto: «Gracias a los que confiaron y a los que no confiaron»

Aspecto de la reforma del monte en una imagen del pasado 1 de febrero

         Aurelio Maroto

         Las obras del monte del Calvario están a punto de finalizar. Ya se han puesto las cruces y el olivo, y solo falta colocar la reja para terminar un proyecto lleno de aristas y no exento de polémica. Si todo va bien, la Virgen de las Angustias, titular de la pequeña ermita adosada al monte, regresará a su lugar de residencia natural tras más de dos años en su ‘exilio’ de la iglesia de Santa María.

         En una entrevista concedida a Radio Horizonte, la presidenta de la cofradía, María Dolores Alhambra, ha expresado su satisfacción ante la inminente finalización de los trabajos de rehabilitación. “No nos lo creíamos, pero el constructor ha cumplido y la obra estará terminada en pocos días”, ha afirmado. El proyecto incluía vaciar el monte y volverlo a construir ante el estado de deterioro que sufría. Las humedades amenazaban incluso con el derrumbe del muro principal. Básicamente, se ha rehecho el monte, con nueva cimentación y reconstrucción total del muro. También se ha remozado y ampliado la ermita, que ahora cuenta con una habitación más amplia para uso de la hermandad.

        Atrás quedan años de gestiones, papeleos, visitas y no pocos sinsabores, con una pandemia de por medio. María Dolores Alhambra admite su felicidad por haber llegado hasta aquí, pero también reconoce que tanto ella como su junta directiva han pasado momentos difíciles, ya que los obstáculos legales para sacar adelante la obra se unían a la incomprensión de alguna gente, temerosa de que se pudiera alterar un lugar tan emblemático. Pero ha insistido en que la cofradía no ha tenido nada que decir en el proyecto técnico. “En la obra han intervenido el arquitecto, el arqueólogo y el constructor, nadie más”. Una vez que los expertos comprobaron que no había nada de valor debajo del monte, los trabajos continuaron bajo un estricto control de los técnicos de Patrimonio.

         La ampliación de la pequeña dependencia que la hermandad tenía junto a la ermita supone un desahogo importante. “No nos viene bien, sino súper bien, porque allí no cabía nada, y con la humedad tuvimos que sacar lo poco que había”. La presidenta asegura que la obra está quedando muy del gusto de todos. “Estamos muy contentos porque nos están dando la enhorabuena”. “Doy las gracias a los que confiaron en nosotros y a los que no confiaron también, porque todo esto nos ha hecho más fuertes y nos ha unido más”.

            Ahora queda la segunda parte del desafío: pagar las facturas. Eso sí es misión exclusiva de la hermandad, que ya está moviéndose para allegar recursos económicos. “Tenemos un dinero, pero no todo porque el año pasado compramos la casa del guardapasos y tenemos que buscar financiación como sea”. De momento, ya han comenzado una campaña de venta de dulces, en concreto ‘viejas’ de carnaval y rosquillos de sartén. La respuesta no ha podido ser mejor: “Estamos desbordados porque la gente no para de llamarnos para hacer encargos”. En este sentido, se muestra muy agradecida por el apoyo de madres, abuelas, familiares y vecinas que se han prestado a hacer las cochuras. “Esta obra la tiene que pagar el pueblo porque es para el pueblo, que siempre responde”.

            Aún no hay fecha para el regreso de la Virgen de las Angustias a su ermita. El yeso y demás proyectados tienen que secarse y después habrá que pintar, pero nadie duda que estará allí antes de Semana Santa. “Lo realmente importante es que volverá a su ermita, a su barrio y con su gente”, concluía la presidenta.

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