La Solana-Huracán (0-1): Torpedo en la línea de flotación amarilla

  Once inicial de este domingo en el anexo de La Moheda                      Foto: Jesús Velasco

      Aurelio Maroto

     Se acabó el embrujo de la ‘pequeña Moheda’. El Huracán de Balazote asaltó el anexo con una propuesta antagónica a la local. Mientras La Solana se afanó en tener el balón y procurar mover a su rival, los albaceteños tiraron de oficio para erizarse en torno a su portero, no dejar espacios y esperar con paciencia su oportunidad. Dicho y hecho, porque el gol llegó en una de las dos únicas ocasiones visitantes en todo el partido. Este 0-1 supone un torpedo en la línea de flotación amarilla, que lo había fiado todo a este encuentro tras las derrotas, hasta cierto punto lógicas, en Cazalegas y Cuenca. La cosa vuelve a complicarse.

     La Solana salió en busca del balón y no tardó en encontrarlo. Manolo Alfaro había pedido a los suyos dominar la ronda de pases y mover al rival. Los galones en la zona de creación eran para Josemi y Álex Jiménez, dos perfiles que se complementan precisamente porque compendian toque y capacidad de corte. El joven Galego era el verso suelto, auxiliado por Tete Vacas en las ayudas a tres cuartos. El problema empezó en el momento que La Solana tocaba y tocaba sin encontrar gateras por las que colarse a partir del bloque alto. Faltó percutir más por ambos costados y un poco más de precisión en los envíos largos para la carrera de los extremos. A falta de Madalin, tocado en un hombro, Ali Radjel volvió al once sin lograr agitar la fornida zaga visitante. Así, con la sensación de un querer y no poder, y sin apenas ocasiones, se llegó al descanso.

     No varió la tónica en la reanudación. Acaso hubo un conato de ofensiva real entre los minutos 50 y 60, cuando Ali y Josemi pudieron marcar en sendas ocasiones. El jarro helado llegó en el minuto 65, tras un balón suelto junto al córner que terminó en un centro raso que no acertó a despejar Samu y el gigantón Óscar empujó dentro.

    Quedaba mucho por delante, pero ya se sabía que la terea sería hercúlea. El Balazote dobló la guardia atrás y solo quedaba que alguien pusiera fantasía arriba para, como mínimo, empatar. La Solana evidenció ahí su flaqueza, ya que se empeñó en entrar demasiado por el medio y cuando los exteriores tenían bola de centro la colgaban tarde y mal. Mientras esto sucedía, el equipo se empecinaba en sacar todos sus córneres o faltas laterales en corto. Órdenes estrictas de un Manolo Alfaro, que en esos minutos finales envió dos mensajes potentes. Uno, retiró a Ali, un delantero, por el chaval Dani; y dos, mantuvo a Álex Martínez, otro delantero, en el banquillo.

“Hemos sido mejores, pero…”

     En la rueda de prensa posterior, Alfaro dijo que su equipo había sido mejor a pesar de la derrota: “Hemos jugado mejor que el rival, hemos jugado para ganarles, hemos dominado y hemos tenidos dos errores en defensa que nos han costado el partido”. Sin embargo, admite que el pecado no fue fallar en defensa, sino en ataque. “Hemos querido terminar las jugadas por dentro, que es donde menos espacio había y además les dábamos posibilidad de algún robo”. “Hemos hecho todo bien hasta tres cuartos y en la zona de finalización nos ha faltado calidad para hacer buenos centros y buenas paredes, que es lo que hace ganar un partido”.

Álex Martínez, en la picota

      Cuestionado por algunos puntos concretos, Manolo Alfaro se puso un poco a la defensiva. Por ejemplo, cuando le preguntamos por los saques de faltas laterales o de esquina en corto. “Tiene mucho significado, pero si lo digo lo van a saber los demás entrenadores, espero que no os moleste mi respuesta”. Y al cuestionarle por el ostracismo de Álex Martínez, sustituto lógico en un partido que va 0-1, resumió diciendo lo siguiente: “Tenemos un delantero que vosotros decís que es Álex Martínez, pero si no juega en este equipo será porque algo no estará haciendo bien”. Es evidente que el andorrano tendrá difícil volver a jugar por su carácter díscolo, Y es que Alfaro no perdona determinadas actitudes, sobre todo si pueden afectar a la cohesión del grupo.

      Quedan seis partidos que serán seis finales. El próximo domingo viaje a Marchamalo, otro rival directísimo, para después recibir al Atlético Albacete y visitar San Clemente. Son tres duelos cruciales donde será clave sumar el mayor número de puntos posibles. Mientras, con el rabillo del ojo se mira al grupo IV de Segunda RFEF. De repente, La Solana se hace mancheguista…

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