‘La maleta’, un canto a la integración y una invitación a la reflexión

                 Doroteo y Estrella en una escena de la obra en el Tomás Barrera

           Aurelio Maroto

“Primero para abajo y luego la raya, madre lo hacía; primero para abajo y luego la raya…”. Doroteo recriminaba a su hermana Estrella que no supiera peinarlo como lo hacía su madre. Pero ella se esforzaba, igual que lo hace una legión de mujeres que cuidan de personas dependientes. Es uno de los mensajes que subyacen en La maleta (esperando a Ramón), la obra teatral estrenada hace poco en Santa Coloma de Gramanet (Barcelona) como adaptación de texto escrito por Antonio García-Catalán Barchino. Este sábado, el auditorio ‘Tomás Barrera’ acogió la premier en La Solana, y lo hizo con el éxito esperado.

Antonio García-Catalán vive estos días en una nube. Aunque no es el primer premio que logra gracias a su pluma, ni tampoco su primer contacto con el mundo del teatro, en el que ya adaptado y dirigido varias obras, sí debuta como autor en el que una compañía se fija para representar uno de sus textos. La maleta, premiada como mejor guión en los premios DRAPS de Santa Coloma, es una historia donde emerge la discapacidad como temática principal al narrar la vida de un discapacitado que pierde a su madre y la hermana se hace cargo. “No es una comedia, sino un drama, aunque con una parte simpática”, declara el autor. Fue David Martínez, director de ‘La Nave Va’, quien se atrevió a poner sobre las tablas una historia nada fácil de dar vida desde el punto de vista interpretativo. “Es un reto bonito, aunque fue complicado llevarlo a escena porque leerlo es una cosa y representarlo otra”. “Requería mucho esfuerzo a nivel de dirección, pero sobre todo de interpretación; es una obra de actores”, declaró a la prensa antes del estreno en La Solana. “Vimos que tenía muchas posibilidades, fuimos descubriendo matices y estamos muy contentos con el resultado”.

Elenco de la compañía minutos antes de debutar en La Solana

Martínez cree que esta obra tiene una mirada social a partir de la relación de los dos hermanos, con una metáfora que reúne muchas cosas, sobre todo por el perfil de Doroteo como persona dependiente y lo que significa proteger o cuidar a alguien. “Te planteas muchas preguntas sobre cómo estamos haciendo las cosas en nuestra sociedad”. Aunque el tema de fondo es duro, no faltan momentos para la hilaridad, esenciales para hacer la representación más amable. “Sin humor no nos salvamos”. “Es una tragicomedia donde hay tiempo para reírse y para llorar; Antonio ha hecho un ejercicio dramatúrgico de ir descubriendo poco a poco sorpresas que hacen estar expectantes toda la obra”.

La maleta es una metáfora del sentido que encierra la historia

Los encargados de dar vida a Doroteo y a Estrella son Nerea Toral y Manel Capellades. Son los dos únicos personajes que aparecen. Ella es la hermana que se hace cargo de su hermano discapacitado tras la muerte de la madre, pero que espera a Ramón, su marido, para llevarlo a un centro asistencial. Es un canto a la integración y una invitación a la reflexión. “Es muy bonito para mí interpretar un personaje en el que lo primero como actor es quitarte el prejuicio de cómo va a ser esta persona y encontrar sus detalles conforme avanzan los ensayos”, señala. La actriz subraya que la dificultad interpretativa está en los muchos cambios emocionales que hay en un único espacio. Y también en lo que aparece detrás. “Es una crítica por todos los cuidados que hacemos las mujeres con las personas dependientes”. “Y es encarnar a todo un colectivo, tanto discapacitados como cuidadores”. Su compañero Manel, que ataca el rol protagonista, admite la dificultad técnica y emocional que supone este personaje, pero no oculta su satisfacción por cómo está resultando. “Estamos muy contentos con la acogida; todo el mundo sale emocionado tras vivir una situación que retrata la vida misma”.

La compañía catalana espera que la obra escrita por Antonio García-Catalán tenga recorrido. El elenco cree que tanto la forma como el fondo lo merecen.

                       Antonio García-Catalán -centro- junto a la compañía teatral en la Plaza Mayor de La Solana tras el estreno