La escuela de padres del Convento debatió sobre las redes sociales en la adolescencia

Francisco José Muela recomendó a los padres más formación en redes sociales

           Aurelio Maroto

La segunda escuela de padres de la parroquia de San Juan Bautista de la Concepción debatió sobre las redes sociales en la adolescencia. Sin duda, un tema de máximo interés para los progenitores, a menudo preocupados por su uso excesivo y no siempre adecuado. Francisco José Muela, director académico del Instituto Tecnológico de Alcorcón (Madrid), fue el ponente de una charla que ahondó sobre este espinoso asunto y que reunió a mucho público en el aula ‘San Juan de Ávila’ de la Casa de la Iglesia. Fue presentado por el coordinador de la escuela y profesor de biología, Antonio Pérez.

“Lo primero que tenemos que hacer los padres es estar pendientes y tomar conciencia de que debemos de estar preocupados y ocupados en cómo utilizan nuestros hijos las redes sociales”, declaró Muela minutos antes de su conferencia. Considera que dedicar tiempo a ello es una obligación, ya que es muy común desentenderse y permitir el uso de dispositivos a discreción.

La segunda clave es la formación. Muchos padres se limitan a conocer el uso de plataformas como Facebook o wasap, por citar algunas, pero se olvidan de que hay muchas más y de que el mercado avanza más deprisa en la mente de un chaval que en la de un adulto. “Es bueno conocer esos avances para saber cómo actuar”, insiste el docente.

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La actividad congregó a un numeroso grupo de padres en el aula San Juan Ávila de la Casa de la Iglesia

La pregunta es qué hacer cuando los problemas a través de las redes sociales ya han aparecido. En opinión de Muela, hay que pensar que solo son un mecanismo de comunicación, y que esos problemas pueden ser con otras personas fuera de esas redes, aunque al final se proyectan a ellas. “Según su comportamiento o retraimiento en determinadas situaciones podemos sospechar de cosas extrañas”. “Lo que sucede es que las redes amplifican todo, porque lo que antes era un problema de relación entre dos o tres personas ahora es un escaparate a la vista de mucha gente”.

Naturalmente, la comunicación con los hijos adolescentes es crucial. Sin poner las cartas sobre la mesa, la solución se hace mucho más difícil. “Es fundamental sentarnos a hablar con ellos, y si no encontramos una solución tendremos que ponerlo en conocimiento de su colegio, porque también conocen al alumnos y tienen protocolos de ayuda, y en última instancia denunciar a la policía si fuera necesario”.

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