La cooperativa ‘Rosa del Azafrán’ sube el pan para sobrevivir: «Si no iríamos a la quiebra»

  El Consejo Rector de la cooperativa ‘Rosa del Azafrán’ da explicaciones durante la asamblea de este domingo

          Aurelio Maroto

La Cooperativa del Pan ‘Rosa del Azafrán’ capea el temporal como buenamente puede. La asamblea general celebrada este domingo dejó claro que no corren buenos tiempos, aunque la estrategia financiera del Consejo Rector permite la supervivencia de la entidad. La imparable subida de precios está aumentando de manera considerable los costes de producción y solo queda una opción, o tal vez dos: subir el precio del pan y minimizar el capítulo de gastos. Por ejemplo, las nóminas de los panaderos llevan tiempo congeladas.

Los números son tiránicos. La asamblea informó que el gasoil ha subido un 75 por ciento, la luz un 40 por ciento y la harina ¡un 150 por ciento! Es verdad que el pan también ha subido desde el pasado mes de octubre, pero solo un 50 por ciento y las barras un 40 por ciento. La desproporción es evidente. “Estamos subiendo el pan lo mínimo que lo podemos subir y no nos queda otra porque de lo contrario iríamos a la quiebra”, declaró el presidente, Pedro Ignacio Salcedo.

        Ya se han producido tres subidas en el precio del pan, la última en marzo. “Gracias a ello podemos amortiguar los saldos negativos que teníamos”. “En la primera subida recortamos mil euros y en las otras dos mil euros más”, dijo. Pero se trata de tapones parciales en un escenario de carestía creciente. Admite que si la situación se prolonga en el tiempo llegará un momento donde será muy difícil cuadrar las cuentas. “Confiemos en que esto toque techo y volvamos a parecernos a la situación previa a esta crisis”.

El presidente insiste en que no hay varitas mágicas y que se trata de aguantar la tormenta con una política muy exhaustiva a nivel económico y, sobre todo, siendo muy transparentes con los socios. “Cuando las cosas se explican con claridad la gente lo entiende; todos saben cómo están los costes de sus propias casas”. Todos se aprietan el cinturón, empezando por los panaderos de la cooperativa. “Sus sueldos llevan tiempo congelados; saben cómo están las cuentas de la cooperativa y es de agradecer”. “En cuanto esto cambie por supuesto que se actualizarán sus salarios”.

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