La Solana-Villarrubia (0-0): Cuando un punto vale oro

El partido fue muy disputado desde el minuto uno

           Aurelio Maroto

          Los brotes verdes que no tiene el maltrecho césped de La Moheda, parecen verse en los futbolistas. El 0-0 de este domingo frente al Formac Villarrubia, uno de los grandes aristócratas del grupo, dejó un poso de moderado optimismo. El punto sirve por razones obvias, y si las sensaciones sirven para algo, el rictus de Juan Carlos Peñalver al término del partido era esclarecedor. El trasatlántico no había sido capaz de hundir al catamarán.

El CF La Solana sigue en descenso directo, sí, pero el partido que recetó debe servir como estímulo. Hay equipo, hay liga, y hay puntos que valen mucho. La primera parte fue realmente buena, tirando a brillante. Peñalver revolucionó parcialmente el once. Dio galones a Almarcha en la sala de máquinas, devolvió la titularidad a Raúl Delgado, escorado al costado zurdo, y a Vicente en el otro extremo, a pierna cambiada. Atrás, también regresaba Juan en el lateral derecho y el chaval Samu con la difícil tarea de suplir al sancionado De la Hoz por banda izquierda. La otra novedad era Diego Sevilla. En total, 8 canteranos de inicio. Simplemente maravilloso.

La apuesta salió bien si analizamos la primera mitad. La Solana entró enchufada, sin complejos. El Villarrubia, imbatido desde octubre, vio alambre de espinos en seguida. Los de Miguel Aroca no encontraban la gatera por donde penetrar gracias a la seriedad táctica de los locales. Los ‘Julis’ hacían la vida imposible a Bienve y compañía en los envíos largos y se imponían en los balones divididos, incluido el juego aéreo, donde Diego Sevilla mantuvo un bonito duelo con Rafa García.

El rigor táctico evitaba situaciones claras de gol. Y en ese bucle se sentía bien La Solana, que no perdía de vista la portería de Adri Real. Fue el momento de Vicente, que jugó sus mejores minutos de la temporada y recordó al extremo desequilibrante de su anterior etapa en La Moheda. La grada se divertía con él. También apareció Ginaid, fuerte en la protección del balón y más preciso que de costumbre en la combinación para hacer salir al equipo. Hubo dos o tres situaciones de peligro, pero faltó una pizca de fortuna. La afición, que acudió en masa a pesar de la tarde, despidió a los suyos con aplausos a la hora del descanso.

-La afición no falló a pesar de la desapacible tarde

La afición acudió en buen número a pesar de lo desapacible de la tarde

La segunda parte cambio el decorado. El Formac tobó a rebato. Aroca metió a Vera y Yemoh, y los blanquiazules no tardaron en hacer retroceder a La Solana. Se sucedían los saques de esquina y los banda-córner de Carlos García. La defensa sufría y Monreal sacó un par de manoplas. Pero los amarillos resistían el zafarrancho visitante, entre otras cosas gracias a un alto nivel de concentración y mucha solidaridad en las ayudas.

Fue valiente Peñalver, que aguantó los primeros relevos hasta el minuto setenta. Salieron David Sevilla y Pirri para dar más pie al medio campo y mejorar el aplomo del equipo. Y mantuvo a Jesús Moreno, consciente del enorme partido que se estaba marcando en el medio volante del bloque bajo. Respondió Aroca metiendo a su nuevo refuerzo, Julio Insa, que desperdiciaría la ocasión más clara de la tarde. Es verdad que La Solana apenas salió de su guarida en la segunda mitad, y cuando lo hizo allí estaba Yemoh para frenar las arrancadas de Ginaid o las posteriores rupturas de Reyes. Pero el ejercicio de resistencia amarillo tiene tanto mérito como el de siete días atrás frente al Quintanar del Rey. El factor diferencial fue la ausencia de errores de bulto, que aquella vez costaron goles absurdos. Y probablemente algún punto. La Solana sobrevivió y arrancó la segunda vuelta como la primera: puntuando.

Los presidentes

Los presidentes de La Solana y Villarrubia, Julián Martín-Zarco y José Luis Urda, vieron el partido en el palco

Juan Carlos Peñalver, aún sin ficha federativa, dirigió el partido fuera del banquillo. Estaba muy satisfecho en la rueda de prensa. “Queríamos los tres, pero es un punto importante que nos debe dar confianza para que el futbolista crea que el objetivo es posible”. “Ganamos mucho en mentalidad positiva y en ver la línea de trabajo que hace falta para seguir en Tercera División”. El joven técnico solanero sigue trabajando de forma interina junto a sus ayudantes, a falta de conocer su destino laboral. La directiva lo apuesta todo a ellos y ya no se plantea buscar a otro. “Lo primero era el partido de hoy, y ahora nos sentaremos para ver lo mejor para el club”, dijo el míster. No habrá problema si su destino profesional –que conocerá pronto- es cercano a La Solana, y quizás asumiría el esfuerzo kilométrico si es más lejano, pero bajo unas determinadas condiciones. Pronto lo sabremos.

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