La Solana pincha ante el líder (0-1) y Armindo se lamenta: «Hemos sido mejores»

               La afición volvió a apoyar en masa al equipo

        Aurelio Maroto

      Podía ser perfectamente un Nottingham Forest-Aston Villa de los años 70. Al juego directo de ambos equipos se unía un infame estado del césped. Un guion previamente anunciado y que se aplicó casi al dedillo. El CF La Solana lo intentó más, como buen anfitrión, y gozó de las mejores ocasiones, pero el Villarrobledo aplicó al máximo la receta que le está dando pingües beneficios esta temporada: defender, golpear arriba y aprovechar cualquier gatera para meterse por ella. Es exactamente lo que hizo De Giovanni en el minuto 60 de partido. Un gol, tres puntos.

       Así fue como La Solana hincó la rodilla en La Moheda. Lo hizo ante una afición que volvió a acudir de forma masiva y que, a pesar de todo, despidió a los suyos aplausos. No podemos decir que el Villarrobledo se comiera el pan a traición, simplemente porque se aplicó bien en defensa, sostenido por un gran portero, y no falló cuando el momento lo requería. Pero es verdad que La Solana apretó más, trenzó algo más de fútbol y creó más oportunidades de gol. Una de ellas, en el minuto 12, pudo cambiar la historia de ese partido, pero Matías Brianese falló lo infallable tras una diablura de Tete. Pero poco se puede reprochar nada al ariete argentino, que volvió a pegarse con toda la defensa rival.

      Fue el partido sin centrocampistas. Era inútil pedirla para construir desde atrás. Que se lo pregunten a Leo Mendes, feliz con sus poderosos saques de puerta directos al área contraria. Tampoco los amarillos especulaban. Balones al pecho de Brianese, o a la carrera de Tete y Madalin. O sea, mientras gente como Josemi o Maxi Laso corrían como peces fuera del agua, la clave era buscar las segundas jugadas para el equipo atacante y evitar malas recepciones en el defensor. Así transcurrió la primera parte, con La Solana mejor posicionada y con más presencia arriba.

-Jugada LS-Villarrobledo 15-10-23-

      Venturini pugna con Zizú en una jugada del partido

      El decorado varió en la reanudación. Sergio Aracil modificó su pizarra en busca de más equilibrio y capacidad de desborde. Sin embargo, la primera fue para los locales. Una buena combinación entre Tete y Samu terminó en un peligroso centro del lateral solanero que sacó Leo con una gran manopla cuando había dos delanteros listos para cabecear a placer. El gol de De Giovanni al cuarto de hora marcó el punto de inflexión. La Solana murió ahí. Los de Armindo se dispersaron y, aunque sin sufrir atrás, no encontraron sitio. Tan solo el amor propio permitió algunos acercamientos, casi siempre con balones colgados. En uno de ellos, Tete estuvo cerca del empate. Pero no hubo mucho más hasta el final del partido.

        Sergio Aracil compareció sonriente a la rueda de prensa. Normal. Si su equipo ya bendecía el empate, ese 0-1 colma las expectativas de un equipo en estado de gracia. “Todos los partidos son difíciles, pero este ha sido de más”, declaró en la rueda de prensa posterior. Reconoció que sufrieron mucho en la primera parte, pero que en la segunda se sintieron más cómodos gracias al cambio de sistema. Elogió a La Solana como equipo y también por sus individualidades, pero sobre todo destacó que su equipo tiene alma. “Creemos y eso al final se traduce en el campo”.

-Armindo--

                     Armindo, durante la rueda de prensa posterior al partido de este domingo   

      Armindo no sonreía tanto, aunque tampoco “lloraba”. “Hoy es de los días que duele perder, porque llego al vestuario y qué les digo a los jugadores, no les puedo pedir más”. “Hemos sido mejores en muchísimas fases del partido”. El brasileño lamentó las ocasiones erradas, sobre todo la de Brianese en la primera parte, y la buena actuación del portero visitante. Felicitó al rival por su gran arranque liguero, pero insistió en felicitar también a sus jugadores. Es más, llegó a decir que “ha sido nuestro mejor partido desde que estoy aquí”. Pide paciencia a la afición, a la que agradeció su asistencia, el ambiente creado en La Moheda y su apoyo al equipo, incluso después de la derrota. “Eran los aficionados los que me animaban a mí detrás del banquillo, y eso es muy de agradecer”. Está seguro que el fútbol acabará poniendo al equipo amarillo en su sitio.

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