- Valora enormemente acciones de fomento de la lectura como las que estos días tienen lugar en Almodóvar del Campo a través de sus Jornadas Cervantinas.
- “Es una ficción pensada desde la ucronía, desde lo que pudo haber sido”, dijo.
Estudiantes de Secundaria y de primer Bachillerato de Almodóvar del Campo han compartido esta semana un interesante y constructivo encuentro literario con el escritor Antonio Galán Gall, que ha girado en torno a su celebrada novela ‘Babancho’.
Cita que tenía lugar en el Centro Cultural ‘Casa de la Marquesa’, en el marco de las XXIII Jornadas Cervantinas organizadas por el Ayuntamiento, a través de su área de Cultura y Biblioteca Municipal con motivo del Día del Libro.
La novela, de grata acogida en la población por cuanto su argumento se basa en quien da título a la obra, un muy peculiar paisano por su condición de ermitaño solitario, generó un agradable intercambio de percepciones entre el autor y los jóvenes almodovareños.
Los estudiantes, como tanta vecindad joven, tenían algún conocimiento de Babancho por dichos que siempre hubo alrededor de esta persona, así como por explicaciones de sus padres o de sus abuelos, señalaba Galán.
“Y gracias a eso identifican enseguida al personaje y, de alguna manera, se explican por qué alguien ha escrito una novela sobre ese personaje y cómo un personaje así puede tener una influencia en la vida de las personas, sin ser alguien famoso, sin ser alguien que haya hecho algo muy relevante y sin que sepamos por qué está ahí, pero que sigue en la memoria de todos”, refería el autor.
Sobre la obra en sí, en un marco de “ficción”, lo cierto es que ni protagonista ni otros los personajes “lo son, ni tampoco los lugares. Es una ficción pensada un poco desde la ucronía, desde lo que pudo haber sido, que no sabemos si lo fue pero lo pudo haber sido”.
Género que supone “una ventaja” ante un personaje del que “no sabemos mucho sobre él y cualquier cosa que inventemos sobre él es posible; eso es lo más bonito y que ,más me gustó de trabajar”, la figura literaria de Babancho, algo que a Antonio le “enriqueció”.
Como bibliotecario en ejercicio, destaca que animar a la lectura “es una de las tareas más importantes que tienen las bibliotecas, fomentando sobre todo en aquellas edades o en grupos de población que no tienen mucho hábito”, por eso valora enormemente acciones como éstos encuentros que se promueven en Almodóvar del Campo.
En particular, “jóvenes que tienen otros modos de distracción, válidos y lícitos como pueden ser los videojuegos, la televisión, los vídeos,… pero eso los aparta un poco de la lectura y por eso la tarea de fomento que hacen las bibliotecas es fundamental, es maravillosa”.
En su opinión, ante todas esas posibilidades que las jóvenes generaciones de hoy en día tienen a su disposición y hacen uso de ellas, “cuando tú visualizas una historia te están destripando parte de ellas, siendo consciente de que, pese a ser un gran amante del séptimo arte, “al personaje le están poniendo cara y las ubicaciones te las están enseñando, por lo que tu parte activa es mucho menor”, afirma.
“En la literatura todo eso tienes que hacerlo tú y si la película que tú ves se parece mucho más a la que veo yo, la novela en cambio que tú lees a la que leo yo no y eso es lo que a mí me enriquece muchísimo de la lectura y lo que lea cada uno va a ser una novela distinta”, apostillaba Antonio Galán Gall.
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