Antonio Palacios, Miguel Zazo y Aarón Infantes, finalistas del II certamen de novilladas

Aarón Infantes saliendo por la puerta grande del coso de la calle Alhambra

Gabriel Jaime

Aarón Infantes, que salió por la puerta grande, Antonio Palacios y Miguel Zazo se ganaron un puesto en la final del II Certamen de Novilladas ‘Villa de La Solana’ que se celebrará el 17 de septiembre. Así lo decidió el jurado, que dejó al murciano Víctor Acebo con la miel en los labios tras haber empatado en número de trofeos con dos de los finalistas. La feria taurina dejó buenas sensaciones de los seis novilleros, ansias de triunfo y algunas carencias lógicas por el escaso placeo de algunos integrantes del cartel. Tarde entretenida y calurosa que dejó casi media entrada en los tendidos, con la sombra muy poblada y el sol casi desnudo. El festejo fue televisado por las cámaras de Castilla la Mancha Televisión en tarde calurosa.

Se lidiaron seis novillos-toros de Martín Carrasco de buena presencia pero de juego desigual. Cuatro negros y dos coloraos, corridos en quinto y sexto lugar, muy justitos de fuerza que en muchas ocasiones no ayudaron al lucimiento de los espadas. Todos recibieron una vara como castigo y sólo dos pares de banderillas a excepción del quinto que aguantó los tres embroques.

Abrió plaza Sergio Felipe con unos suaves lances de capa a la verónica. Tras un quite por gaoneras en el centro del ruedo, intentó el toreo con la franela, aunque no exento de dificultades. El novillo besaba el albero del coso al bajarle la mano, y el de Albacete puso las ganas con un toreo a media altura. Más que embestir, pasaba de un lado a otro con mucha dificultad, mientras el espada enjaretó algunos muletazos vistosos, especialmente por el pitón izquierdo. Estuvo voluntarioso y jugó entre los pitones, pero hubo poca transmisión. Mató de media algo tendida y tras la leve petición recibió la ovación del público que agradeció con los saludos.

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Antonio Palacios iniciando la faena de muleta

El albaceteño Antonio Palacios se ganó un puesto en la final por pundonor, estando siempre encima de su oponente. El burel no se lo puso fácil con un tran-tran a la hora de acudir al engaño, reculando y escarbando antes de pasar por la muleta. La faena fue de más a menos, como el novillo, comenzando a pies juntos por ambos pitones. Con un toreo valiente, se gustó en algunos lances, aunque a veces el ritmo fue algo descafeinado. Recetó una estocada entera algo contraria que necesitó dos golpes de verduguillo tras un aviso, pero el público primero y el presidente después, le otorgaron una oreja.

Otro que se ganó un hueco en la final fue el toledano Miguel Zazo con una faena basada en el potable pitón derecho. Cuajó series de mérito en el toreo en redondo, corriendo bien la mano con mucho temple. También lo intentó en el toreo al natural, aunque sin lucimiento. Los inicios ya auguraban calidad cuando se sacó al oponente con muletazos de tranco flexionando la compostura. La faena fue algo larga y reposada, rematada con algunos circulares y manoletinas que llegaron a los tendidos. Finiquitó con una estocada casi entera que le hubieran valido los dos apéndices, pero tuvo que echar mano al estoque de cruceta y perdió un trofeo. Cortó una oreja que le valió el billete para regresar en Septiembre.

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Miguel Zazo ejecutando un pase de pecho

En cuarto lugar saltó al ruedo Víctor Acebo, que se sintió muy a gusto y estuvo más que enchufado, con un toreo valiente y grandes dosis de artista. El murciano saludó a la verónica de forma airosa. Tras un caótico tercio de garapullos, que terminó con el enemigo por los suelos, arrancó con una buena serie de naturales, antes de que el novillo perdiera fuelle por su poca fuerza. Acebo supo aplicar el toreo de recursos cuando el de Martín Carrasco se fue apagando, intentando no perder la conexión con los tendidos. Mató de estocada que le valió una oreja.

El triunfador absoluto de la tarde fue el alcazareño Aarón Infantes, que se mostró decidido y variado con el capote. El novillo propició un completo y extraordinario tercio de banderillas, teniendo que saludar los subalternos, montera en mano. Quizá por la cercanía geográfica o por el espaldarazo de estar acartelado en su pueblo natal junto a las figura Morante de la Puebla, Emilio de Justo y Ángel Téllez, el novillero llegó crecido y envalentonado. El enemigo se quedaba corto en la embestida, pero el espada pudo conseguir la ligazón por ambos pitones, con mucha entrega y bella estampa en algunos muletazos. Un estoconazo fulminante, con la muerte de la res a sus pies, llevó el delirio a los tendidos que pidieron insistentemente las dos orejas que finalmente le fueron concedidas por el usía.

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Un gran derechazo de Aarón Infantes

Ruiz de la Hermosa completó finalmente el cartel ante la baja a última hora de la novillera Carla Otero, que sufrió un percance cuando entrenaba en el campo. La joven promesa de Alcalá de Henares cumplió su primer paso en esta complicada carrera, debutando con picadores en La Solana. Con mucha decisión, fue un auténtico torbellino con el capote, repitiendo con quite lucido antes de los rehiletes. Con la franela, se mostró valiente y con ganas de agradar, toreando por ambos pitones. La faena fue de más a menos por el juego del enemigo, con un final algo deslavazado. Las manoletinas postreras y algún pase rodilla en tierra pusieron el epílogo antes de la estocada casi entera, tendida y algo caída. Se tiró al volapié con mucha osadía, pero tuvo que echar mano del descabello en numerosas ocasiones hasta finiquitar al de Martín Carrasco. Se silenció su actuación.

Antonio Palacios, Miguel Zazo y Aarón Infantes se clasificaron para la final del II Certamen de Novilladas ‘Villa de La Solana’ que acogerá el coso solanero el sábado 17 de septiembre (sábado de la ‘Pólvora’), con un encierro de Nazario Ibáñez. Así se confirmó con el posado de los tres novilleros al finalizar el festejo, echando de menos el anuncio oficial por la megafonía de la plaza. El público esperó pacientemente la confirmación acústica que nunca llegó a producirse. También llama la atención que la empresa no informara, ni en los carteles, ni antes de comenzar la novillada, sobre la ausencia de Carla Otero y posterior sustitución. Destacar la puerta grande para Aarón Infantes, el único que salió a hombros con dos orejas en el esportón.

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Parte del tendido pidiendo las orejas a la presidencia

El público salió contento del coso de la calle Alhambra por lo visto en el ruedo y también por el recital de pasodobles taurinos que interpretó la Banda Municipal de Música en cada una de las faenas y vueltas al ruedo. Títulos como ‘Manolete’, ‘El gato montés’, ‘Amparito Roca’, o ‘Ayamonte’, entre otros fueron interpretados magistralmente por los músicos dirigidos por Ángel Sancho. Mención especial con el pasodoble ‘Nerva’ cuyos solos de trompeta ejecutados por Miguela Lérida fueron muy ovacionados. La tarde, musicalmente hablando, arrancó y concluyó con ‘La puerta grande’, como no podía ser de otra manera.

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